Estamos en alerta mundial frente a la inminente amenaza del coronavirus. No sólo los medios noticiosos y las redes sociales, sino que en cada lugar el tema sobre una posible pandemia es la orden del día. Ante tal situación deberíamos preguntarnos ¿qué dice la Biblia sobre las epidemias?
Debemos saber que muchas de estas enfermedades llegan a los pueblos cuando se sobrepasan límites de inmoralidad, o cuando se llega a extremos de imponer leyes terrenales, dejando por un lado las leyes divinas.
Si seguimos el curso de la historia bíblica, nos damos cuenta de que el mismo hombre ha sido quien ha alterado el curso de la naturaleza.
Desde la antigüedad, Adán y Eva fueron responsables de alterar el curso natural del hombre, en ningún momento fue Dios.
Por esa razón es que hoy en día, el apartarse de Dios completamente por causa del pecado, hace que la humanidad este cambiando el curso inclusive del clima y las estaciones del tiempo. ¿Cómo saber qué es así? Tras el pecado cometido desde los orígenes del hombre, la mujer tenía dolores de parto leves, luego su desobediencia, ha hecho que estos dolores fueran multiplicados.
De igual manera, conforme el hombre vaya apartándose más de Dios, la tierra sufrirá mas dolores de parto, o epidemias como las que estamos viviendo hoy en día.
Recordemos que el hombre había sido creado para vivir cómodamente en el Edén, y no se esforzaría tanto en buscar su alimento, como lo hace hasta hoy en día, incluso su sustento iban a ser plantas y los frutos de los árboles, pero su pecado le llevó a alterar aquello para lo que fue creado; exaltar solamente a Dios. Desde entonces ha tenido que ganarse su sustento con el sudor de su frente. Además su pecado, hizo que el reino animal fuese alterado.
Esto significa una sola cosa, el hombre hace que el curso y su estilo de vida en el mundo sea cambiado, cuando decide apartarse del plan de Dios para su vida. En 1 Samuel 5:9 podemos encontrar que los filisteos se habían apoderado del Arca de Dios, y la habían llevado a un lugar de deshonra, esto causó que Dios enviara un quebrantamiento hacia ese pueblo, por haber tomado algo que no les correspondía. Podemos notar entonces que cuando se quebrantan las leyes de Dios, puede traer consecuencias graves a las tierras.
En 2 Samuel 24:15 podemos ver que David eligió que Dios enviara una peste al pueblo de Israel, esto fue a causa de haber pecado en gran manera contra Jehová, decidió que lo mejor era que una peste tocara al pueblo para así pagar su pecado llevando consecuencias graves a Israel. Esto nos lleva nuevamente a pensar, de que el pecado del hombre activa algo espiritual automáticamente que puede perjudicar el curso del mundo y la naturaleza.
Hay algo interesante que podemos leer en Mateo 24:7, en donde Cristo deja una advertencia, hablando sobre los tiempos finales, sobre la proliferación de pestes o enfermedades en diferentes lugares, esto significa que la humanidad había sido advertida desde el pasado, que en los postreros días las pestes o epidemias serán algo que se verán para nuestros días, tal como está ocurriendo en estos momentos.
Ahora, de acuerdo al curso de la vida, notamos que en efecto, los actos de desobediencia del hombre hacia Dios, son muchas veces las causas principales de desatar este tipo de pestes, y muchas veces el hombre tiende a culpar a Dios, pero si hiciéramos un examen de lo que el mundo está practicando actualmente; podemos definir el panorama de una forma sencilla…
Casi un 80% de países en la actualidad está aprobando leyes que quebrantan las leyes de Dios, y no se trata de una sola ley, son varias leyes que causan precisamente el desequilibrio en el mundo.
O porque no decirlo, el mismo hombre tras experimentar en la medicina, haciéndose arrogantes y soberbios en la sabiduría humana como lo describe Romanos 1:22-24, muchas veces terminan creando enfermedades, que después vienen al mundo sin control, y traen aflicción a nuestros pueblos.
“¿Tiene la culpa Dios de esto?” No, “¿Tiene el hombre la culpa de esto?” Sí; porque teniendo evidencias claras y proféticas que nos advierten sobre diversos sucesos por medio de la Palabra de Dios, han decidido hacer caso omiso a las advertencias bíblicas de volverse a Dios, a sabiendas que la Biblia se viene cumpliendo al pie de la letra, recordemos que lo que nosotros vemos en la actualidad, es producto de la desobediencia del hombre, quien como dice Romanos 1:22 “haciéndose sabios se hicieron necios”, y muchas veces terminan causando este tipo de epidemias en el mundo.
La Biblia nos relata en el libro de Apocalipsis, que hay varias plagas que llegarán a la tierra, la Biblia es tan exacta, que no solamente registra pestes, epidemias o pandemias por medio de la advertencia de Cristo en Lucas 21:11; además, la Biblia vaticina que el futuro estará ligado a las plagas.
De esa manera sabemos que la Biblia si menciona las pestes o epidemias. En el futuro esto será más cruel aún, y lo podemos leer en Apocalipsis 9:18, y en Apocalipsis 15:1, y vemos que estas ya no serán plagas causadas por el pecado del hombre, estas serán plagas que el libro describe como juicios directos por parte de Dios, tal como se afirma en Apocalipsis 16:9 y entre otros versos de la Escritura.
Aunque es lamentable lo que sucede con este tipo de enfermedades que están golpeando las vidas de muchas personas, recuerde algo importante. Entrar en pánico o sentarnos a lamentarnos, realmente no sirve de nada. Sólo tenemos una esperanza segura, el Señor es nuestra esperanza, volvernos a Dios es nuestra habitación segura.
Así lo afirma el Salmo 91:9-10 “Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.”
Cristo es nuestra única esperanza, en la cual nos garantiza que estaremos seguros, no hay otro medio por el cual lograremos estar a salvo, si no es por medio de Cristo en nuestros corazones.
Él es por quien nosotros tenemos paz y tranquilidad, y nos da la fuerza aún de interceder por aquellas personas que en estos momentos están atravesando esta difícil situación en algunos países. Por eso hoy ¡asegúrate en el Señor!
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